Soy mujer, madre de una hija que semeja al Bambú por su fortaleza, vitalidad, paciencia, constancia y flexibilidad y de un hijo parecido a la Ceiba que simboliza el orgullo de nuestras raíces mayas. Soy licenciada en Educación Preescolar, especialista en gerencia educativa y maestrante en Comunicación, desarrollo y Cambio Social. Me desempeño como Instructora en el Centro Proteger Álvaro López Pardo de La Secretaría Distrital de Integración Social. Convencida que en estos momentos de convulsión social y desesperanza, aparece la poesía para embalsamar los dolores a través de los versos hechos estrofas y que son capaces de musicalizar y dar cadencia al dolor y también a la alegría.Agradecida con el universo por otorgar la maravillosa oportunidad de asumir procesos formativos con la infancia ya que las niñas y los niños cada día me enseñan a encontrar fascinación en lo simple, lo cotidiano y lo sencillo. Mi trabajo se ha convertido en mi mejor pasatiempo de los últimos veinte años de mi vida ya que, en él encuentro la gratitud, la espontaneidad, el afecto sincero y cálido que me motivan a seguir jugando con la fantasía, imaginación y creatividad en la interacción cotidiana con la infancia.Como servidora pública hoy me siento complacida por este reconocimiento que sin lugar a dudas me motiva a seguir comprometida con mi labor y a continuar escribiendo sencillos versos que me animen a superar mis escollos humanos ya que estoy convencida que la transformación social surge de mi transformación individual y mi capacidad de observar y enmendar mis propias incertidumbres y certezas, sin pretender hallar culpables ajenos a mí. Leer poema clic aquí
